La ética

Hume estudia la moral que alejándose de la visión racionalista de la filosofías anteriores, tanto la de la antigüedad como la de la Edad Media. Además incide más en las emociones o pasiones y los sentimientos como fundamentos de la vida moral, así pues esto se denomina emotivismo moral.

Asociada a la religión, la ética de los tiempos modernos, comparada con la de la Edad Media, será una ética que busca sus fundamentos más en las características peculiares del ser humano que en Dios.

  1. Las distinciones morales no proceden del conocimiento de hechos.

  2. Lo que denominamos "bueno" y "malo" no puede ser considerado como algo que constituya una cualidad o propiedad de un objeto moral. Si analizamos una acción moral, sea buena o mala, y describimos los hechos, aparecerán las propiedades de los objetos que interviene en la acción, pero no aparecerá por ninguna parte lo "bueno" o lo "malo" como cualidad de ninguno de los objetos que intervienen en la acción, sino como un "sentimiento" de aprobación o desaprobación de los hechos descritos.

    Por otro lado, la moralidad no se ocupa del ámbito del ser, sino del deber ser.

  3. Las distinciones morales no proceden del conocimiento de relación de ideas.

  4. Si la moralidad no es una cuestión de hecho, ya que los juicios morales no se refieren a lo que es, sino a lo que debe ser, queda sólo la posibilidad de que se trate y de un conocimiento de relación de ideas, en cuyo caso debería ser una relación del siguiente tipo: de semejanza, de contrariedad, de grados de cualidad, o de proporciones en cantidad y número. Pero estas relaciones se encuentran tanto en las cosas materiales (incluyendo a los animales), en nosotros mismos, en nuestras acciones pasiones y voliciones. En este caso deberíamos considerar lo "bueno" y lo "malo" del mismo modo, tanto en la acción humana como en la acción de la naturaleza y de los seres irracionales, lo que, por supuesto, no hacemos. Nada de nos hace juzgar esas relaciones como "buenas" o "malas", porque no hay fundamento alguno para lo bueno y lo malo.

  5. La moralidad se funda en el sentimiento

  6. La razón no puede, pues, encontrar fundamento alguno para la distinción de lo "bueno" y lo "malo", para las distinciones morales en general, ni a través del conocimiento de hechos ni a través del conocimiento de relación de ideas, por lo que parece quedar claro, dice Hume, que la moralidad no se funda en la razón. Sólo queda, pues, que se base en, (y / o derive del), sentimiento.

    Consideramos, pues, que algo es bueno o malo, justo o injusto, virtuoso o vicioso, no porque la razón capte o aprehenda ninguna cualidad en el objeto moral, sino por el sentimiento de agrado o desagrado, de aprobación o rechazo que se genera en nosotros al observar dicho objeto moral, según las características propias de la naturaleza humana. Las valoraciones morales no dependen, pues, de un juicio de la razón, sino del sentimiento.